jueves, 10 de octubre de 2013

Abuelita Chabela.


Pienso que el mejor tributo que se le puede hacer a alguien son los recuerdos que se quedan en el corazón y pensamiento.... es por eso que no hay último adiós.
Hoy amanecí con una noticia que me llenó el día de silencio.

Cuando era chiquito bauticé a los papás de mi papá como los abuelitos chabelos. Chabela siembrpe fué Chabela por el Isabel, "Chabelita" como siempre escuchaba que le decían sus amigas. Y supongo que ver el programa de televisión desde su cama los fines de semana que me quedaba a dormir con ellos, y coleccionar en su garage mis bicicletas y avalanchas de cuando iba a concursar, me hicieron ponerle a mi abuelo Victor (como yo) "Chabelo".

Así que visitar a los abuelos "Chabelos" siempre fue una aventura, porque si no ayudaba a mi abuelito a pintar las paredes del jardín, me ponía a hacer piñatas de barro con engrudo para después colgarlas de los columpios y romperlas yo solo.

Mi abuelita era la más consentidora, me cuesta escribir ERA porque siempre va a SER...

Pienso en ti y huele a caldo de camarón, a bacalao, porque el olor de tu cocina es el olor de nuestras Navidades. Me viene a la mente también la gelatina con cuadritos de manzana y las galletas de animalitos.

Me encantaba abrir tu cajón y ver una por una todas las cosas que ahí guardabas y que brillaban.... tanto. Te preguntaba como habían llegado hasta ahí y me contabas la historia de cada anillo y cada par de aretes. En una esquina reposaban tus pestañas postizas que usabas para las ocasiones especiales.

Te aguantabas las peliculas de terror que a mi siempre me han gustado aunque no quisieras. Eras capaz de ver Viernes 13 y Chucky mientras tejías, aunque yo me la pasara metido adentro de las cobijas muerto de miedo.

Nunca me regañaste cuando encontrabas rota alguna de tus muñecas de porcelana, ni cuando todas las cartas de la baraja estaban regadas en el piso junto con las fichas que para mi eran luces y diversión.

Y tanto más nos guardamos en sentimiento, que tu sabes y yo sé....porque no encuentro palabras...

Hoy me duele las distancia física, porque mi corazón estuvo todo el día acompañándote a donde quiera que vayamos cuando la estancia termine.

Esto es con lo que me quedo, y esto es lo que guardo hasta que te vuelva a ver abuelita Chabela.