viernes, 2 de noviembre de 2012


Es muy facil extrañar lugares comunes,,
esos en los que todo mundo cae..

¿Cuál es la gran ciencia en extrañar los besos,, las caricias, los ojos,, las manos..?
Nada de nuevo ahí....
Todos lo hacemos....

No hay como hacer de este acto, algo único, tuyo y mio.

Estas 24 horas que si bien no son las mismas todos los días, tienen tintes de rutina y cotidianeidad que aún no logro entender, pero lo estoy haciendo.
Hoy sé que dentro de ellos aprendo a darle valor a esos encuentros de minutos con los seres amados.
Porque no vuelven.... ni ellos, ni los minutos.

Que ironía, estos segundos que "juegan" todo el tiempo:

Extrañamos lo que soltamos al segundo anterior.
Aquello que lleva años apenas se recuerda, o bien, se extraña por siempre y para siempre....
Y habitan también en el reloj los que ya no se piensan,, no se sienten.

Extrañamos aquello que va a volver, y aquello que no.

Tus ojos rasurados que ya no ven,,
Tu danza por la mañana en el agua helada,,
Tus brazos seguros de hace 30 años,,
Tu sonora carcajada sin disfraz,,
....
....


(y sigue la lista de lo que tengo y no,
de lo que viene y va....
aparece, desaparece....)

Y así sucesivamente durante todo el partido entre amores y horas....




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